El
escudo de Quebradilla fue diseñado por el Lcdo. Roberto
Biascochea Lota, especialista en heráldica tras el
requerimiento de nuestra Asamblea Municipal y pintado por
primera vez por el artista quebradillano Luís German Cajiga.
Al tope de nuestro escudo vemos un castillo coronado por
tres torres. En parte nos ayuda a explicar nuestros
orígenes. Es semejante al castillo que fue insertado
en el escudo español por el Rey Alfonso VI, en el año 1037.
Desde las elevadas torres de los castillos españoles
combatieron los valientes caballeros de Castilla y de León.
En nuestro escudo ese castillo es símbolo de fortaleza,
seguridad y resistencia. Debajo del castillo hay una
banda amarilla. El amarillo ha sido siempre un signo
de profundo simbolismo. Es el color de la luz y la luz
es la fuente de la sabiduría. Nos referíamos a "la
luz" como la causante del desarrollo y el progreso. De
luz amarilla es la aureola que ciñe la frente de los hombres
virtuosos. La pieza en blanco plateado, del pescado y
el bastón, en la parte superior del flanco o lado derecho,
nos recuerda a Tobías, aquel nombre y piadoso israelita,
célebre por su amor sin límites para son su prójimo.
El blasón )báculo o cayado) representa la dignidad de
nuestros padres espirituales, los jerarcas de nuestra
iglesia. Los israelitas, pueblo señalado por Dios para
levantar la iglesia en armonía con la Nueva Alianza eran en
su mayoría, un pueblo de pastores. El pescado es el
que Tobías, siguiendo los consejos del Arcángel, extrajo del
Tigris, Asia Occidental. - Ábrelo, sácale la hiel, el
corazón y el hígado y guárdalos - le dijo el Arcángel.- La
hiel del pescado sirvió para devolverle la vista a los ojos
de Tobit, padre del obligado pescador. Al lado
superior izquierdo del escudo nos presenta nueve franjas
(bandas) verdes y blancas, onduladas. El blanco
simboliza la paz, la serenidad. El verde significa la
renovación, la primavera, la soñada transformación, tal como
la figuramos en las ramas y las hojas del árbol, nuestro
hermano. Las ondulaciones nos recuerdan las serpeantes
quebraditas que cantan la frescura verde de nuestras
praderas... o las ondas de nuestro Guajataca Azul. En
el extremo inferior del escudo de Quebradillas, vemos un
predio de tierra en medio del cual crece un robusto
flamboyán, alargándose al espacio en extensión de rojo
incendio. |